Justo después de fiestas de Bilbao, un par de amigos Fran y David, se iban a pasar unos días a Galicia a hacer pescasub, cuando me propusieron el plan y cuadrar fechas, no había dudas en acompañarles.
El principal problema de estos viajes es que vas siempre un poco a ciegas porque vas a sitios que no conoces y tienes que explorar buscando sitios.
Nuestro plan era pasar un par de días en Ribadeo y otro par de días en Foz, siempre en plan de camping y pescar lo más posible.
Así que después de un viaje de algo más de 4h, estábamos en Ribadeo viendo una ría de las grandes y buscando sitio para pescar el amanecer del día siguiente.
La primera salida buscamos acantilados, la marea no nos acompañaba, cogiendo la bajamar, estuvimos probando ente unas puntas cerca de Rinlo, la verdad que un paisaje precioso.
Me encontré con una zona que en la mayoría había poca profundidad y fondos con muchas algas, lo primero que pasó por mi cabeza fue esos pintos de los gordos que se esconden entre las algas.
Al tener la mayoría poca profundidad, primero opté por darle a los paseantes, fakie dog, un rato de PocoPoco, ..., pero sin resultados, después vinilos, ajisuke y Silky fly, con movimientos rápidos, pero tampoco, los peces se hacían de rogar, me acerco a otra punta donde he visto saltar un par de muebles, hay algo más de profundidad porque tengo un canal a mis pies, pero el resto igual con mucha alga, así que me decido a poner el Mcfly de Magbite, un señuelo vibrador, que lo puedes usar a tirones tipo jig o recogidas lineales, notando todas las vibraciones, y que aún con sus 3gr lanza una barbaridad al tener todo el peso concentrado.
Y acerté, con recogidas largas y algún tirón, el Mcfly venia perfecto salvando las algas y haciendo que en el tercer lance una lubina se tirase a por el dándome pelea y dejándome hacerle un par de fotos.
Mcfly
Cuando salieron mis compañeros contando que la zona estaba llena de nasas, palangre, etc,...., y visto el resultado de poco pescado, decidimos cambiar de zona más hacia la ría.
Visitamos la tienda de pesca de Ribadeo, "Armería Castillo", donde además de encontrar muy buen material, nos echaron una mano con las zonas de pesca.
Como había subido el viento y un poco la ola, buscamos una zona un poco protegida, encontré una punta con buen movimiento de espuma y allí fui a buscar los primeros sargos gallegos, en los primeros lances vinilos partidos pero sin enganchar nada, insisto y localizó una piedra semisumergida con muy buena pinta que crea un pequeño canal de espuma, busco un sawamura rojo de 2", dejo caer hasta el fondo unos 6-8m, unos movimientos de muñeca, toco fondo y en el siguiente tirón creo haber enganchado durante una milésima de segundo, cuando se me curva la megabass destroyer y el stella sacando línea, premio, un bicho de los gordos, pelea de las difíciles teniendo que cerrar bastante el carrete y aguantarle mucho, porque el pez no hacia más que buscar roca sin descanso, por fin lo veo, primero me pareció un denton, pero no, un sargo muy oscuro que seria casi de 2kg, el sargo más gordo que he pinchado a rock, lo tengo ya a mis pies, sigue buscando la roca y de repente se me suelta, nooooooooo, el anzuelo abierto y un poco revirado, y en cuanto se puso vertical se soltó, una pena porque era un animal precioso, pero una pelea memorable, seguí insistiendo en la zona, pero con la bajada de la marea, más enroques que peces.
Como todas las noches, disfrutamos de la gastronomía y productos gallegos, pulpo, mejillones, berberechos, navajas,.....
Al día siguiente salimos para Foz, el camping genial y situado en plena costa, cruzar la carretera y a pescar en acantilado o playa, además preguntamos y la zona debe dar pescado.
Así que decidimos comer pronto y a buscar peces con la marea, buscamos entre las puntas de los acantilados, pero las algas están presentes y nos molestan a cada lance, así que decidimos ir al puerto de Foz, que le habíamos echado un vistazo rápido y tenía buena pinta.
Vamos probando con todo, se nota mucho la corriente de la salida de la ría, pero en la zona de la punta me decido a poner un Nabura, sorprendiéndome un aguacio en el primer lance y un par de peces más.
Aunque probamos al anochecer también, el día no dio para más, así que planes para el amanecer y la pleamar del día siguiente, las predicciones eran que subía la mar, el viento y nos temíamos que las algas hicieran de las suyas.
Tuve que optar por el equipo de spinning a primera hora en la playa por el tamaño de la ola, soló tuve un par de ataques al patchinko de un lubinas, pero al menos el compañero, le presté un patchinko nácar y pudo sacar su primera lubina a superficie y disfrutar de algunos ataques más, ahora el patchinko es un fijo en su caja, je je je je je, después de ver como se mueve y que pesca.
A la tarde busqué otra punta en los activados de Foz, un sitio muy chulo, con una roca en buena parte que parece que estas en el desierto, creo que es arenisca, la mar pegaba bastante y de vez en cuando había que estar con un ojo, así que no me quedó más remedio que pescar en altura.
Empecé pescando con los parashot de Magbite, ya que los compañeros pescando a fusil el día anterior habían sacado unas cuantas mujarras y este vinilo es perfecto para simular una quisquilla, además el color naranja es perfecto, así que en el segundo lance ya empezaron los peces a hacer de las suyas y a partirme los, ya que es un vinilo al que no se le puede montar asisst, muchas picadas a la caída, se ve que los flecos de vinilo, que se mueven al caer volvían locas a las mujarras, pero no conseguía clavarlas, hasta que en una de estas, noto perfectamente el toque, clavo y para mi sorpresa, esperando un sargo o una mujarra, aparece una lubina al otro lado de la línea.
Viendo que se movían lubinas y no hacia más que partir vinilos, monto un Bakuree Shad 80 con una cabeza coyote, algo más de peso de lo que estaba usando para buscar las lubinas.
Y no se hizo mucho de rogar otra nueva picada de una lubina, que entre la altura, las olas y lo brava de la lubina, me hizo disfrutar de lo lindo y costándome sacarla.
Después de 1h bajando la marea, ya no localizaba los peces, así que ya soló nos quedaba el amanecer del día siguiente, estaba más dura de lo que había marcado el parte, así que otra vez a recurrir a la caña de spinning y buscando alguna esquina en la que las algas me dejaran pescar, sacando únicamente una brava lubina que a pesar de su tamaño no dudo en atacar el patchinko.
Con esto acabó la escapada a aguas gallegas, con ganas de repetir y explorar nuevas zonas, la próxima por las rías baixas.
